miércoles, 28 de diciembre de 2011








NO SE...TAL VEZ..QUIZAS





No sé...tal vez si quieres
podríamos intentar amarnos
No sé
tal vez no quieras nunca borrarme con tus manos
las caricias que otrora tatuaran en mi espalda,
ni lavar con tus besos aquellos que quedaron
grabados en mi boca con el sabor amargo
de tantos engaños
No sé...
tal vez no enheles nunca encender con tu llama
los leños de esta fragua,
ni te apetezca rozarme con tus dedos,
ni deslizar el cierre de mi falda.
No sé...
quizás nunca desees desabrochar mi blusa
ni deshojar temblando los nardos de mi pecho,
ni perderte en la noche de mi monte de Venus
ni ser el navengante perdido en la profundidad de mi océano.
No sé...
quizas no piense nunca anclar en mi ribera,
ser cautivo en mis redes, ni tomarme en tus brazos
y hacerme prisionera...esclava de tus besos
o mártir entre tus piernas.
No sé...
quizas no consideres nunca...
pero quizás...talvez si tu quisieras
yo podría olvidarme de los besos amargos,
de las caricias frías esculpidas en mi espalda
con tantos desengaños
entonces soltaría mi pelo
caería mi falda,
lujuriantes tus labios besarían mis nardos
y sin que te negaras hasta el monte de venus
te llevaría jugando.


Angela Teresa Grigera










CONTRARIANDO






Qué pena, mi amor,
Que no pudo ser,
Porque si hubiese sido
                        Y lo sé porque no fue                       
Hoy no estaría contigo

Qué pena, mi amor
Que aún estando a tu lado
Sienta este dulce dolor
De pensar en lo pasado
De soñar lo que no ha sido

Qué pena, mi amor
Que hoy, haya pensado
Que teniendo el valor
Para vivir lo vivido
Podría no haberte amado.


DE POEMAS  EN FLOR







EL  RETRATO DE UNA VIRGEN




Ella no sabe bien lo que ha pasado.
Él era su amigo, y ahora
le ha dicho adiós.
¡Ella que lo veía
como el padre, el esposo
que iba a ser!
Ahora pasea con otra,
van riendo.
Ella no entiende
pero se ha quedado
quieta, como quien espera
una orden, o como el agua
antes de recoger la imagen
del rostro amado.
No se ha entregado al llanto.
No tiene una alborotada
  imaginación. Sigue
yendo a sus clases. Cuida
cosas pequeñas: las libretas,
la raya en el orden, igual
que el pelo al levantarse.
Hace lo mismo que antes,
sólo un poco más triste.
La luz que la abandona
la dibuja un momento.
No sabe que está sola.
Ese ignorar la guarda.



FINA GARCIA MARRUZ

















No hay comentarios:

Publicar un comentario

-