domingo, 16 de octubre de 2011

HAY UNA NIÑA EN EL ALBA QUE NO DEJA DE LEER POEMAS...




Soneto III



Áspero amor, violeta coronada de espinas, 
matorral entre tantas pasiones erizado, 
lanza de los dolores, corola de la cólera, 
por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma? 

Por qué precipitaste tu fuego doloroso, 
de pronto, entre las hojas frías de mi camino? 
Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron? 
Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada? 

Lo cierto es que tembló la noche pavorosa, 
el alba llenó todas las copas con su vino 
y el sol estableció su presencia celeste, 

mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua 
hasta que lacerándome con espadas y espinas 
abrió en mi corazón un camino quemante.





PABLO NERUDA

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